Estamos en verano y un baño en una buena playa siempre es algo que se agradece. En nuestro grupo es ya una tradición ir una vez al año en Santa Cristina, bañarnos y comernos una buena paella en la terraza del Restaurante Albamar. ¡A pesar de su impresionante y cansina subida! Este año nos reunimos en su gruesa arena un grupito formado por Magí, Loli, Antonio, Montse, Tere, Helena y Antonio. La playa estaba llena de gente, igual que el restaurante, pero fue una agradable jornada estival.
A la vuelta a casa realizamos dos breves pausas. La primera en Vidreres, en la casa de Magí y Loli, un baño en la piscina y como nuevos. La segunda, en Palamós, en la cala Santa Margarida donde unos familiares de Antonio y Montse tienen una casa. Un original y diferente emplazamiento que conviene visitar, muy lejos de la masificación y el urbanismo que impera en la mayoría de playas de nuestro litoral.
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